El sol acompaña con parsimonia nuestros días, ofreciendo colores que destiñen los momentos vividos, los instantes descubiertos, la vida en proceso de ser vivida. En los días se amanece y se anochece. En el Himalaya, en la cima del mundo, todo es más.
Porque, seamos sinceros, en el techo del mundo todo es más. ¡La vida pasa excitada! Entre el alba y el crepúsculo sus gentes sobreviven las horas con lo puesto… Pero disponen de un arma diferente, disfrutan de los caprichosos trayectos que realiza el sol entre sus montañas. Y viendo como los colores destiñen todos los momentos vividos, la vida pasa excitada.
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